Antroposofia

LA FUENTE DE LA INFORMACION, MAYORMENTE ES DE LA WEB www.consultoriowegman.com.ar , www.casasteiner.com.ar

Sunday, August 27, 2006

LOS NIÑOS INDIGOS Y LOS 12 SENTIDOS


Los sentidos corporales son doce.
Gracias a ellos el ser humano percibe su propio cuerpo y el mundo que lo rodea. Esta percepción transcurre en tres niveles de conciencia: de vigilia o diurna, crepuscular o de ensueño (semiconciencia), y de sueño profundo. ( inconciencia). A la primera pertenecen, por ejemplo, la vista y el oído, a la segunda el sentido del equilibrio,y a la tercera el sentido cenestésico o del movimiento propio.

Rudolf Steiner, habló además, de tres sentidos espirituales , aún germinales, los que irían desarrollándose en el futuro. Ellos son: el sentido del yo ajeno , del pensamiento ajeno o intelectivo y el sentido verbal o de la palabra ajena .
Se plantea, cien años después de tales anuncios, si los "nuevos niños" son ya portadores de estos sentidos .
Esto explicaría porqué, frente a ellos, el adulto puede sentir que " saben" quiénes somos y "qué" estamos pensando.
Así como los sentidos físicos convencionales deben ser educados en el niño a través de pocos estímulos definidos y seleccionados, así los sentidos espirituales exigen la autoeducación del adulto ; sólo desde el esfuerzo conciente de ser digno de imitación y obediencia estará a la altura de los cambios que la evolución humana muestra hoy .

Sentido Intelectivo: o del pensamiento ajeno, permite comprender los pensamientos de otra persona..Todo el organismo viviente es portador de este sentido, al obrar como sistema reflector .Esto se apoya en la investigación espiritual que revela que las fuerzas que promueven el crecimiento y la vida (etéricas o morfogenéticas ) son las mismas que, luego, conforman los pensamientos El adulto puede educarlo si se esfuerza por comprender los pensamientos de otros hombres,.libre de simpatías o antipatías. El estudio de la filosofía es un ejemplo de ello.

Sentido verbal: o de la palabra ajena es una ampliación del sentido auditivo que meramente registra sonidos y tonos. La palabra es producida por todo el ser humano (no sólo por la laringe). El espíritu o yo le da a la vez calidez y firmeza; el alma: vibración, la vida: fluidez, y el cuerpo, con su sistema óseo, obra como caja de resonancia que apaga o amplifica. El ejercicio voluntario de callar (aquietando la laringe) y poner en reposo todo cuanto de movimiento haya en el organismo aproxima a este sentido. Sentido del Yo ajeno: percibe quién es la individualidad que se manifiesta a través de pensamientos, gestos, postura, modo de andar. Todo el organismo humano en tanto estructura es portador del mismo; el centro se ubica en la cabeza que es desde donde surgen los impulsos formativos. Cualidades anímicas como el interés, la compasión y el amor al otro convierten el organismo en órgano de percepción del yo ajeno.

LOS NIÑOS INDIGO: Perspectiva antroposófica
Se los llama niños índigo. Portan nuevas capacidades. El médico los recibe de padres y maestros que se ven sobreexigidos y desbordados. Suele pedirse medicación tranquilizante o tratamiento psicoterápico.. Debe quedar claro que no se trata de una enfermedad. Y que el enfoque es, ante todo, pedagógico y no médico Que hay que informarse sobre los rasgos característicos para reconocerlos. Y que un desarrollo sano de estos niños requiere de padres y maestros el conocimiento de los principios que rigen el crecimiento normal; sabiendo cómo se crece es posible comprender qué criterio educativo hay que aplicar.

Cómo reconocerlos:
Hay coincidencias en las siguientes características:
• parecen adultos en pequeño; tienen una madurez que no coincide con la edad
• reaccionan ante injusticias o toman partido por los más débiles.
• cuestionan y enfrentan a adultos de su entorno
• sus sentidos están más desarrollados (p.ej. ciertos ruidos les provocan dolor )
• tienen un exceso de atención (que se confunde con el déficit atencional del niño hiperquinético.)
• son colaboradores del maestro y preguntan más que sus compañeros
• tienen intereses múltiples (que a menudo no coinciden con el plan de estudios convencional)
• "parecen" tener dificultades de aprendizaje.; en realidad noaprenden aquello que no les interesa o que ya saben
• no dan la impresión de ser atrevidos, irrespetuosos o mal educados
• más bien parecen sinceros, justos, francos y objetivos.

Cómo educarlos:
En los primeros siete años el niño imita a los adultos en la forma de caminar, hablar, moverse. El crecimiento es dirigido desde las fuerzas cefálicas (lo cual se objetiva en el mayor tamaño de la cabeza.). El sistema nervioso tiene un principio de simetría (dos hemisferios cerebrales) y un carácter reflector que lo asemejan a un espejo. Por ello es que surge la imitación como cualidad instintivo-orgánica

El médico puede ayudar a los padres mostrándoles que estos niños necesitan ver en ellos modelos dignos de imitación. Esto en relación a lo que hacen, piensan o sienten., pues son especialmente sensibles al autoritarismo vacío, las contradicciones y engaños de los adultos.(véase "nuevos niños y los doce sentidos")

Entre los siete y los catorce años es preciso que los maestros puedan llegar a convertirse en autoridad, más que por los conocimientos intelectuales y pedagógicos, por capacidad "natural".
En este período se desarrolla el sistema rítmico del pulmón y corazón. Al hacerse autónomo este sistema el niño se distancia de los demás; ya no es uno con el mundo como el más pequeño. Esto se ve en el retirarse de la mirada: algo, el sentimiento, se ha interiorizado. Debe poder mirar al adulto con respeto y aprender de él a orientarse en las emociones. El maestro es el mundo. Es verdad lo que el maestro que respeta dice que es cierto. Si el maestro da imágenes llenas de fervor porque cree en ellas, las imágenes se imprimen en él y permanecen. El niño que acepta la autoridad puede alcanzar, de adulto, libertad de criterio.

Imitación y ejemplo, Autoridad y respeto, son los principios rectores para un desarrollo saludable tanto más necesarios en estos "nuevos niños".

EL CANCER

El cáncer enfrenta al médico con un problema doble: el paciente enfermo y la enfermedad.Tradicionalmente se habló de pacientes con psiquismo canceroso, o personas que desde tiempo atrás percibían la necesidad de un cambio profundo en sus vidas. Esto en la práctica clínica no es así. El cáncer no respeta encasillamientos. Se lo ve crecer en personas vitales, positivas y emprendedoras, en ancianos que han llevado una vida sana y en contacto con la naturaleza, en mujeres bien dispuestas , solícitas y generosas. A la inversa, pacientes con “psique cancerosa” no desarrollan cáncer.Este hecho lleva a pensar que comparten un destino social común. El cáncer hace del enfermo un representante de la época actual, borra las diferencias de la personalidad. Expresa una enfermedad del organismo social. La sociedad actual es cancerígena.

Al núcleo espiritual de un ser humano lo designamos Yo. La cultura actual lo expulsa de diversas maneras : impidiéndole ejercitar la afirmación orgánica de sí mismo a través de ciertas enfermedades (las llamadas eruptivas de la infancia); mermando el desarrollo activo de la capacidad inmunológica al vacunar masivamente y suprimir la fiebre; fomentando hábitos contrarios a los ritmos vitales: alimentación a deshora, sueño reducido o invertido; pero sobretodo por una educación escolar cada vez más temprana, de carácter intelectual; el niño es exigido cuando aún no está maduro orgánicamente para el aprendizaje. Al expulsar el Yo del cuerpo se impide que éste lo estructure en sentido humano. Y esto se extiende a la estructura celular y tisular.La sociedad actual muestra un auge del individualismo egocéntrico y a la vez, una pérdida del tejido social (familiar, institucional). Y el cáncer muestra, en esencia, este mismo fenómeno.¿Qué representa en realidad el cáncer? Los límites y posibilidades de la libertad humana. ¿hasta dónde es posible un crecimiento individual que se sustrae al conjunto? El hombre social debería mirar la respuesta sabia de la naturaleza: el tumor crece caóticamente, agota el suelo del que se nutre y esto le significa su propia extinción.

CANCER: ¿aporta algo positivo?
Toda enfermedad tiene, además de una causa (situada en el pasado), un sentido hacia el futuro. Provoca cambios, produce aprendizaje. El cuerpo tiene memoria. Se ve siempre en las grandes epidemias: pasada la efervescencia inicial, el conjunto social queda fortalecido frente al germen. Es lo que hoy se llama ser un “portador sano”o con inmunidad propia de la especie..¿Qué sentido tiene el cáncer? Sería lógico pensar que, si su naturaleza es social, sus beneficios también lo sean. Aquí no se trata de un refuerzo inmunológico La ausencia de Yo orgánica, el combate en retirada (claramente vivenciado por el paciente como una enfermedad ajena y distante de él), pueden pensarse como un hecho experimentado de modo impersonal.”Cada enfermo de cáncer debe padecer lo que la humanidad no reconoce .Nos encontramos frente al destino trágico de personas que sobrellevan el sufrimiento en nombre de muchas otras para restablecer, al menos en parte, el equilibrio del destino humano que ha perdido su armonía…buscar el ascenso espiritual a través del sufrimiento, que devuelve la dignidad a la persona y transforma su alma para permitirle acceder a los nuevos ámbitos espirituales que requiere en su trayectoria hacia el futuro”(R. STEINER)

La experiencia clínica muestra también cambios positivos en el paciente a quien le abre la puerta a una transformación posible ; en el medio familiar que tras el impacto inicial puede asumir otro modo de relación y compromiso.( es notable ver cómo el grado de respuesta y apoyo familiar incide en la evolución del enfermo). y también en el médico , que se ha visto obligado, como en ninguna otra enfermedad, a trabajar en equipo ,y si no a aceptar, al menos tolerar otras prácticas y concepciones más amplias.

El Cáncer


Aporte antroposófico para su comprensión
Dra. Marta Miguel

Perspectiva Histórica: La noción actual de cáncer es inseparable de la Teoría Celular. En este artículo se resumen, desde la perspectiva Científico-Espiritual, las corrientes de pensamiento médico que la precedieron y la posibilidad de ampliarla en el futuro.

HIPÓCRATES: EL FIN DE LA MEDICINA ANTIGUA
La medicina griega es el final de la clarividencia. La doctrina hipocrática reconocía cuatro estados de la materia: sólido, líquido, gaseoso y el fuego o calor. Y sostenía que en el organismo existían humores o líquidos que, en estado de salud, se hallaban en una proporción determinada a la que llamaban crasis; de la mezcla inadecuada, surgía la enfermedad ,la discrasia. Esos humores eran: el mucus o linfa, la sangre, la bilis amarilla y la bilis negra .La idea griega era que en uno solo de esos humores, la bilis o cólera negra, tenía influencias la tierra. Mientras que en linfa, bilis amarilla y sangre influían fuerzas provenientes del universo. Esta idea, para un científico occidental es hoy absolutamente extraña; aunque aún se reconozca, por ejemplo, el influjo lunar sobre el régimen de mareas . Así, en la teoría de los humores y su origen cósmico, se expresaba cierta herencia de carácter atávico clarividente que conocía tales fuerzas.
…esta idea de fluídos corporales penetrados por fuerzas cósmicas es, para el científico occidental, absolutamente extraña.

“La Escuela de Atenas” de Rafael: Platón señala hacia el cosmos
Desde aquí hasta Galeno (siglo XV) la noción de los humores y su origen fue apagándose paulatinamente, convirtiéndose en una tradición , sin que se supiera bien a qué aludía. Sólo Paracelso en el siglo XVII, habla del Archaus como algo en el organismo que, sirviendo de base al cuerpo físico, posee fuerzas cuyo origen no proviene de la Tierra, sino desde el Universo. (La Antroposofía llama a este conjunto de fuerzas : cuerpo etérico)

MORGAGNI Y LA AUTOPSIA: COMIENZO DEL MATERIALISMO EN MEDICINAA mediados del siglo XVIII algo totalmente nuevo comienza: el examen del cadáver ¿Qué significó esto en realidad? La autopsia significó un viraje de la mirada desde la enfermedad, a las consecuencias de la enfermedad por el examen anatómico del cadáver. De acuerdo a los hallazgos anatomo patológicos se comenzó a inferir qué enfermedad había ocurrido antes. Rembrandt inmortalizaría esta actitud fascinada en las miradas de su “Lección de anatomía”.

ROKITANSKY: EL MICROSCOPIO, SCHWANN: LA CÉLULA VEGETAL
A mediados del siglo XIX Teodoro Schwann descubre la célula vegetal. Es interesante señalar que él, a pesar de hablar de célula, sostenía que una sustancia líquida informe, el blastema, constituía la base de la célula, a partir de la cual se endurecía el núcleo envuelto por el protoplasma.Desde ahí en adelante, al incorporar el microscopio se imagina el organismo segmentado en células. La célula como organismo elemental, y el cuerpo humano formado por células. Puede hablarse del comienzo del atomismo A pesar de que la célula es algo realmente vivo, todo el modo de pensar y razonar es como si las células no vivieran , como si fueran átomos. Mentalmente este organismo es atomizado, pensado muerto..
…lo atomístico, la célula, Schwann lo consideraba generado por algo no atomístico…

VIRCHOW: LA PATOLOGÍA CELULAR
De acuerdo a ella todos los fenómenos anormales en el organismo son causados por una alteración celular El cáncer puede así ser imaginado como una enfermedad de la célula de acuerdo a los cambios observados con el microscopio. El siglo XX avanza en la misma dirección con la Biología Molecular.
…el cáncer es imaginado como una enfermedad de la célula…

RUDOLF STEINER: AMPLIACIÓN DESDE LA CIENCIA NATURAL HACIA LA CIENCIA ESPIRITUAL

La investigación Científico Espiritual inaugurada por Rudolf Steiner (1865-1924)abre la posibilidad de ampliar la medicina en una nueva dirección. A través de un método de conocimiento que desarrolla órganos de percepción suprafísicos latentes en el hombre. Estos le permiten adentrarse en la experiencia directa de los fenómenos de la vida, de la psique y del espíritu presente no sólo en el hombre sino en el mundo que lo rodea.
…el cáncer no es una enfermedad de la célula sino de todo el organismo…la célula se vitaliza demasiado, pero a la par carece de fuerza estructural…
La medicina ha de avanzar, si quiere comprender realmente el cáncer, en tres direcciones:
Valorar los hechos y la materia desde lo espiritual que en ella reside
Conocer las fuerzas que desde el Cosmos conforman o estructuran la vida
Conocer las cualidades de la existencia que alientan en lo anímico
Así se puede llegar a conocer las relaciones del hombre con el mundo en vistas a obtener de éste los recursos para combatir la enfermedad.

¿Por qué se enferma el hombre?



Dra. Marta Miguel

La enfermedad pertenece a los hechos posibles en la vida del hombre. Llega inesperadamente y así se la considera: algo casual, fortuito, surgido sin propia participación.En el siglo pasado se buscó la causa del enfermar en tres grandes direcciones: una exterior, con la teoría dela infección; otra interior, en la competencia inmunológica; y la tercera, hacia el pasado en el material heredado y luego en la genética.

La infección atribuye a microorganismos (bacterias, virus, hongos, etc.) por el proceso de contagio, la causa de ciertas enfermedades. Puede decirse que las medidas de higiene y asepsia dieron base firme, en especial al avance de la cirugía; este proceso hubiera sido imposible sin esos recaudos. Es de objetar la lógica desviada que se ha utilizado al no reparar primero en las condiciones de susceptibilidad del organismo que hace propicia la proliferación microbiana. Como dijera Pasteur: “ el germen no es nada, el terreno lo es todo.”

La epidemia de SIDA, en la década del ´80, produjo un viraje del enfoque hacia el interior del organismo humano y su sistema inmunológico. Éste tiene su centro en la sangre, y constituye un “yo biológico”, capaz de reconocer, neutralizar y guardar memoria diferenciando lo propio de lo ajeno. La competencia inmunológica es hoy punto de mira no sólo en infecciones crónicas, especialmente el cáncer. Es muy importante el siguiente descubrimiento: que este sistema tiene interrelaciones medibles, formando verdaderas redes, no sólo con el sistema nervioso, sino con estados del alma. Situaciones de alarma o tensión con exigencia de la actividad cerebral deprimen la inmunidad. Ejemplos de ello van desde la educación precoz e intelectual de los niños hasta inseguridad o violencia social en adultos. También lo hacen la soledad, temor, desesperanza y situaciones de vida no elaboradas crónicamente sostenidas.

Por último la genética investiga el núcleo celular y sus alteraciones (ADN). El principio en que se basa es el de la modificación de los genes como causa de ciertas enfermedades ( entre ellas el cáncer). Se reducen la vida y la enfermedad a meros fenómenos físicos. Es sugestivo resaltar:1) el que se haya convertido rápidamente en tecnología, esto es conocimiento aplicable (alimentos, clonación); y 2) paralelo con ese enorme avance la escasa información pública que se tiene al respecto sobre los fundamentos y pormenores de estos avances . Se afirma que el conocimiento del genoma humano permitiría un futuro de salud para todos con erradicación de la enfermedad.
¿Qué tienen en común estos tres enfoques? Que nacen de una medicina física y técnica basada en la observación exterior del organismo, en los fenómenos físicamente visibles. Esto ha demandado enormes esfuerzos y recursos. No se pregunta:¿quién ha preparado este suelo propicio?, o ¿quién elige determinado caudal genético? , o ¿quién es capaz de transformar emociones en anticuerpos? Esta concepción supone el hombre como un ser biológico natural en el cual las funciones anímicas superiores serían parte de un complejo “mecanismo” cerebral.
Antroposofía: una ampliación

La Antroposofía reconoce en el hombre además de un cuerpo física, la vida que lo penetra, el alma y el espíritu o Yo. A las funciones vitales de crecimiento, nutrición, reproducción, agrega la actividad del alma ( sensaciones, sentimientos, deseos, impulsos) y la actividad espiritual del pensar. Vida, alma y espíritu son realidades no visibles a los sentidos comunes, pero sí comprensibles por sus efectos a través de un pensamiento sano.
Es fundamental conocer que el desarrollo normal del alma y el espíritu se realiza en procesos opuestos a la vida, que generan desintegración orgánica. La sustancia debe cesar en su actividad para dejar un espacio donde despierta la vida consciente y la conciencia de uno mismo. Este desgaste a la vitalidad es compensado por procesos de autocuración, tal como ocurre durante el sueño. El que la actividad anímico espiritual conciente se interrumpa durante el mismo, debería ser reveladora de que lo espiritual no corresponde a procesos biológicos naturales sino “sobrenaturales”; en caso contrario continuarían sin extinguirse, como ocurre con la respiración o la actividad cardíaca.

Desde esta concepción ampliada del hombre pueden caracterizarse dos formas de enfermar.
Una es aquella en que el sentir como actividad del alma se amplía y profundiza. Tal es el caso en que se siente dolor, desazón. Estando sano los sentimientos quedan más o menos libres en la vida del alma. En la enfermedad el sentir se profundiza, desciende en lo orgánico. Es posible percibir un organismo suprasensible responsables de estas diferencias de actividad, al que se denomina cuerpo astral. Aquí se lo observa sumergido más profundamente en el organismo respecto del estado normal. También el pensar, como actividad espiritual del Yo humano, tiene una base física a la cual está levemente ligado. Si este vínculo aumenta en intensidad se produce una enfermedad paralítica con atonia o cese de las actividades orgánicas. En este caso la parte afectada deja de ser reconocida como propia, se convierte en algo ajeno (como ocurre en un miembro paralizado y en la insuficiencia de cualquier órgano). Una de las causas de enfermar se debe entonces a una unión exagerada de lo anímico-espiritual con el cuerpo. Aquí los procesos de autocuración – de los que el sueño es un ejemplo – resultan insuficientes. Curar consiste en disminuir la intensidad de ese vínculo.

La segunda forma de enfermar es aquella en que el ser anímico-espiritual no llega a vincularse con el cuerpo físico. Éste entonces, valga la paradoja, intensifica los procesos sanos, aumenta en vitalidad propia. Aparecen congestiones, inflamaciones. La vida conciente se opaca o disminuye (como ocurre durante la fiebre). Es posible percibir la causa de ello en un organismo suprasensible que se denomina cuerpo vital o etérico; en él se basan la vida y la salud. En este caso la curación consiste en un tratamiento adecuado para este cuerpo etérico.

Por lo tanto las verdaderas causas de la enfermedad residen en la esencia de la constitución del hombre. El ser humano es un enfermo; y no sería hombre, es decir, ser de cuerpo, alma y espíritu, si no hubiera de enfermar. Las demás causas son simplemente efectos visibles de esas causas suprasensibles.

No hay medicina sin médico



Dra. Marta Miguel

¿Qué es la medicina antroposófica?
¿ Trata cualquier enfermedad?
¿Es "alternativa" como la homeopatía o el naturismo?
¿Qué estudia?
Estas preguntas suponen que se trata de una medicina más, o bien de una opción frente a la medicina alopática reconocida oficialmente.
Así no es. Antroposofía reconoce como válida a la medicina oficial que se basa en el método científico experimental. Con éste ha obtenido enormes conocimientos del hombre físico, enfocando principalmente el tema de la enfermedad. Ha desarrollado diversas y valiosas técnicas de diagnóstico ( químicas, radiológicas, endoscópicas); y por ensayo especialmente en animales, ha elaborado sustancias sintéticas que utiliza como remedios. Según sus principios, estos remedios reemplazan funciones que han cesado (Ej. hormonoterapia) o bloquean por oposición ciertos procesos anormales( Ej. antihipertensivos). El tratamiento se realiza de acuerdo a protocolos o normas generales según criterios de efectividad y estadística.
A estos conocimientos y prácticas la antroposofía agrega otros conocimientos sobre el hombre espiritual o suprafísico.

Para llegar a ellos desarrolla métodos propios. Y a éstos conocimientos los considera indispensables de toda verdadera medicina y no de una en particular.El médico antroposófico ha de obtener un saber operativo del hombre y el mundo que le rodea. Del hombre total, en tanto ser con cuerpo, vida, alma (psique) e individualidad espiritual. Del mundo en su aspecto astronómico, botánico, zoológico y mineral. De ambos, hombre y mundo, en sus procesos de evolución. Estos conocimientos le capacitan más ampliamente en relación con la mayoría de sus colegas que hoy en día se especializan en temas más o menos limitados.

Al diagnóstico convencional de enfermedad debe agregar el diagnóstico espiritual. Para ello es esencial que desarrolle una observación atenta libre de prejuicios, a fin de reconocer efectos de esos principios invisibles a los sentidos físicos. Debe desarrollar también el pensar en tanto actividad. Y ha de aspirar a utilizar otros órganos de percepción suprafísicos que le den información directa.El médico que se prepara así tiene que conocerse a sí mismo, su propia vida anímica y circunstancias decisivas de su biografía. Frente al paciente individual ir mas allá del motivo de la consulta hacia su vida emocional, entorno y destino (ver segunda parte: El paciente como protagonista)

El médico así ha de saber primero qué es un hombre sano, equilibrado y armónico; y cómo estimular su desarrollo. Esto es, cómo cuidar la salud. Y a partir de ella comprender la enfermedad como desequilibrio de esa armonía.No sólo ha de conocer más sobre tantos aspectos, sino que ha de aspirar a transformarse a sí mismo de modo que sea él por lo que es y representa, quien también actúa.Las sustancias que utiliza como remedios son en su mayoría de origen vegetal y mineral; se obtienen por procesos propios de su farmacopea o bien por el método de dinamización homeopático. Estos medicamentos actúan como estímulo, indicando sentido o despertando las propias fuerzas de curación del organismo. Éste es incluido en la curación. Curarse es a la vez haber aprendido cómo hacerlo.

Debiera quedar claro que según los principios antroposóficos es imposible tratar a los pacientes con protocolos o recetas prefijadas; el tratamiento debe ser diferente en cada individuo aunque se trate de la misma enfermedad; que esto supone introducir un elemento creativo en el actuar del médico; que el remedio nunca puede ser indicado por simple recomendación; y que como remedio tiene efecto por sí mismo pero vive y actúa si está sostenido por tal médico y su relación con el paciente.

LA ANTROPOSOFIA


"Antroposofía es un camino de conocimiento que quisiera conducir lo espiritual en el ser humano a lo espiritual en el universo."
Rudolf Steiner

Antroposofía es la sabiduría del hombre o lo que el hombre puede saber.Es una ciencia que se refiere tanto al mundo de los fenómenos sensorios como a la realidad invisible detrás de estos fenómenos.Investiga estas realidades haciendo del alma humana su instrumento de investigación.El hombre es objeto y herramienta de investigación al mismo tiempo.La Antroposofía es un método y no una doctrina de revelación, tampoco una religión.La Antroposofía indica el camino de autoeducación para despertar las facultades de percepción espiritual, latentes en cada alma humana.

Las causas del mundo físico se encuentran en esta realidad invisible o realidad espiritual.La realidad en su conjunto abarca un número determinado de campos de existencia con sus respectivos moradores. La existencia humana se despliega en algunos de estos campos, específicamente en el mundo físico, el mundo vital, el mundo astral y el mundo espiritual propiamente dicho.Estos mundos son objeto de la investigación antroposófica.La Antroposofía describe las distintas jerarquías espirituales, su evolución y sus actividades por cuanto éstas intervienen en el proceso evolutivo del hombre.

La máxima intervención espiritual en el mundo planetario y humano ha sido la del Cristo. Su aparición en la Tierra es el eje y el centro de la evolución, tanto cósmica como humana individual.A partir de sus propias fuentes la Antroposofía revela aspectos esenciales del misterio de la vida del Cristo en Jesús de Nazaret.Señala que la actuación del Cristo en la Tierra no quedó limitada a los tres años en Palestina; el Cristo acompaña y acompañará, en forma no física pero no obstante concreta y determinada, las dife-rentes etapas del presente y futuro de la humanidad.

En contraposición a las ciencias naturales de nuestra época y en concordancia con la sabiduría de tiempos antiguos, la Antroposofía ubica al hombre en el comienzo de la evolución cósmica.La existencia de nuestro cosmos comenzó con la aparición del hombre en un forma netamente espiritual.A esta forma espiritual se agregaron por procesos de densificación, en sucesivas etapas de la evolución cósmica, las formas astrales, etérico-vitales y físicas.Aplicando otro enfoque puede decirse que el hombre se compone de cuerpo, alma y espíritu.Con su cuerpo el hombre participa en la realidad físico-sensoria, con el alma en el mundo anímico y con su espíritu en el mundo espiritual.Por consiguiente se amplía la perspectiva más allá de la vida física hacia una existencia prenatal y postmortem, dentro de una sucesión de vidas terrestres repetidas.El destino se revela como algo que el hombre elige para corregir fallas cometidas y allanar el camino de su paulatino perfeccionamiento en el futuro.La visión del destino humano, por lo tanto, no es pasiva sino activa.La existencia del hombre tiene un origen, una orientación y una meta definidos; por ende tiene un sentido.La Antroposofía contesta hasta las más profundas preguntas del alma humana: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?